
Unos 3.000 trabajadores sindicalizados de Pratt & Whitney iniciaron este lunes una huelga en las plantas de East Hartford y Middletown, Connecticut, tras el fracaso de las negociaciones sobre salarios, beneficios de jubilación y seguridad en el empleo. Es la primera huelga que enfrenta la compañía en más de dos décadas, en un momento crítico para la industria aeroespacial y de defensa.
El 77% de los cerca de 2.100 afiliados a la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales rechazó la última propuesta de la empresa, precipitando la medida de fuerza después de que expirara el contrato laboral anterior el domingo por la noche.
“Pratt & Whitney es un gigante en la industria gracias a la dedicación de nuestros trabajadores. Esta oferta no atiende nuestras legítimas preocupaciones y seguiremos luchando por un contrato justo”, declaró David Sullivan, vicepresidente del sindicato.
Desafiando las inclemencias del tiempo, los trabajadores se congregaron frente a las instalaciones portando pancartas con lemas como “¡Estoy en huelga contra Pratt & Whitney!”, “Solidaridad por la Seguridad” y “Juntos Nos Elevamos”.
Uno de los principales temores de los manifestantes es la posibilidad de que la compañía traslade empleos fuera de Connecticut hacia otras plantas en Georgia, lo que pone en duda la estabilidad laboral de los trabajadores locales.
“Queremos seguir en Connecticut por mucho tiempo, pero nos están quitando esa posibilidad. Somos clase media, trabajadores de cuello azul, y están intentando desmantelarla”, expresó Scott Westberg, uno de los empleados en huelga.
Pratt & Whitney, parte del conglomerado RTX Corp., defendió su última oferta asegurando que es competitiva y que sus empleados se encuentran entre los mejor remunerados de la región.
“Nuestra propuesta incluye salarios más altos, mejores planes de ahorro para la jubilación, más días libres y mayor flexibilidad laboral”, señaló la empresa en un comunicado.
Sin embargo, la compañía confirmó que, por el momento, no reanudará las negociaciones y ha activado planes de contingencia para mantener las operaciones y cumplir con los compromisos adquiridos con sus clientes.
Esta huelga se produce en un entorno económico difícil para RTX, que prevé un impacto negativo de hasta 850 millones de dólares en sus beneficios debido a los aranceles comerciales impuestos durante la administración Trump. Las divisiones de Pratt & Whitney y Collins Aerospace absorberán cada una más de 400 millones de dólares de este impacto.
Pese a estos desafíos, la empresa mantiene una previsión de ventas ajustadas entre 83 y 84 mil millones de dólares para 2025, con un beneficio operativo en el primer trimestre de 1.500 millones de dólares, de los cuales 590 millones proceden directamente de Pratt & Whitney.
La última oferta de la compañía incluía un aumento salarial inmediato del 4%, incrementos del 3,5% en 2026 y del 3% en 2027, un bono de ratificación de 5.000 dólares y mejoras en los beneficios de pensión y en los planes de ahorro 401(k).
El gobernador de Connecticut, Ned Lamont, y la vicegobernadora Susan Bysiewicz instaron a las partes a retomar las negociaciones. También miembros de la delegación congresional y legisladores estatales demócratas manifestaron su apoyo a los trabajadores sindicalizados.
Mientras la huelga continúa, la atención del sector se centra en la capacidad de ambas partes para alcanzar un acuerdo que ponga fin al conflicto y garantice la producción de motores clave como los GTF para los aviones Airbus y el F135 utilizado en los cazas F-35 Lightning II.






