
En un contexto de creciente tensión en Europa del Este, Rusia y Bielorrusia preparan maniobras militares conjuntas para el próximo mes, que incluyen ejercicios con armas nucleares y misiles hipersónicos de fabricación rusa, según anunció el ministro de Defensa bielorruso, Viktor Khrenin. Las maniobras, denominadas “Zapad-2025”, tendrán lugar del 12 al 16 de septiembre y contarán con la participación del misil de alcance intermedio Oreshnik, utilizado recientemente por Rusia en ataques contra Ucrania.
Khrenin enfatizó la importancia de estos ejercicios como un componente clave de la estrategia de disuasión del país. “Es un elemento importante para nuestra disuasión estratégica; como exige el jefe de estado, debemos estar preparados para cualquier cosa”, declaró el ministro en una entrevista con la agencia estatal de noticias bielorrusa Belta, citada por Reuters. Este anuncio llega justo dos días antes de la prevista reunión en Alaska entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, un encuentro que promete ser decisivo para las futuras relaciones entre ambos países.
El uso operativo del misil Oreshnik fue reportado por primera vez el 21 de noviembre de 2024, tras un ataque a un complejo industrial ucraniano en Dnipro. Estas maniobras, que se realizan habitualmente cada dos años, también incluirán la simulación del uso de armas nucleares, aunque no se han proporcionado detalles específicos al respecto.
Funcionarios ucranianos han expresado previamente preocupación por este tipo de ejercicios, sugiriendo que podrían servir de cobertura para despliegues de tropas rusas. En este sentido, el informe de evaluación de amenazas nacionales de 2025 publicado por el Ministerio de Defensa Nacional de Lituania señala que, si bien actualmente no hay unidades rusas de maniobra terrestre en Bielorrusia, Rusia sigue utilizando el espacio aéreo bielorruso con total libertad.
El año pasado, Putin y su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, firmaron un tratado que proporciona garantías de seguridad a Minsk, incluyendo la posible implementación de armas nucleares rusas para repeler cualquier ataque. Este contexto geopolítico se ve amplificado por el hecho de que Lituania, que comparte una frontera de 679 kilómetros con Bielorrusia, también está llevando a cabo su ejercicio militar, Arsus Vilkas 2025, que continuará hasta el 22 de agosto. Este ejercicio se produce en un momento en que el equipo militar ruso ha comenzado a llegar a Bielorrusia para la próxima maniobra.
La utilización de misiles hipersónicos rusos, capaces de viajar a velocidades mucho mayores que los proyectiles balísticos convencionales y por ende más difíciles de interceptar, ha generado preocupaciones adicionales en cuanto a la seguridad regional. Estos desarrollos subrayan la creciente complejidad del entramado de seguridad en Europa del Este y el papel crucial de las maniobras militares en la estrategia defensiva y ofensiva de las naciones involucradas.






